Elaborado por: Andy Aprendiere
Te conocí hace mucho, siempre había fuego en tu mirada, tan ambiciosa, tan creativa, tan hambrienta y dispuesta a obtener el mundo entero, pero…entonces te conocí de verdad. Ese fuego en tu alma sólo busca consumir todo, arrasar con todo a su alcance, no amas, sólo buscas poseer. Nos fuimos acercando, aceptaba que mintieras, que te excusaras, que nunca estuvieras para mí, mientras yo siempre para ti.
Ahora siento que el viento de tu amor me está arrancando el corazón, la lluvia está apagando las cenizas que me mantenían caliente.
No dejo de quererte, como nunca lo he hecho. No dejo de buscarte, como nunca lo he hecho ¿Pero es justo?
Todos mis logros han sido opacados por tus necesidades e intereses, me has dejado de lado por tu trabajo, por tu familia y aun así aseguras querer un futuro a mi lado.
Mi cuerpo y mi alma siempre han estado para ti, en las buenas, las malas y las peores ¿Cuándo podré tenerte para mí?
Siento los destrozos en mi mente, las ideas volando a pedazos, los recuerdos chocando unos contra otros, momentos felices que me hicieron llorar son aplastados por momentos tristes. Ahora sólo me hacen gritar.
Me aferro con ambas manos a tu sonrisa que me da felicidad, mas tus filosas palabras no dejan de lastimar.
Cada vez me siento más débil, cada vez es más difícil buscar una razón para seguir, mis brazos pierden su fuerza y mi voz ya no se alcanza a oír.
Siempre dices sentir que me obligas a quedarme, siempre me haces sentir culpable, pero ¿Cuál es mi culpa en realidad?
No he dejado de quererte un sólo momento, pero… cada día me estoy cansando de intentar, de luchar, de correr a la tormenta que me arrastra, de alimentar el huracán de nuestro amor, ese al que sólo me aferro yo.