Revista Versetto

Creemos en el poder que tiene el arte para transformar el mundo con sus vidas, creemos que todas las historias merecen y necesitan ser escuchadas, el o la escritora (el o la que resiste) tiene ese gran poder y lo local debe tener igual valor que lo extranjero o lo clásico. Estamos trabajando para que de las redes se pueda rescatar algo y, nos sirvan para mostrar y revivir la escritura y la lectura de la agonía que atraviesan hoy.

A LA BELLA FLOR LLORAR

Elaborado por: Asthéneia

Vivir como una olvidada y simple flor
Que brotó de entre la tierra lentamente,
Quien debió mojarse y ver el sol,
Brillar bajo la palidez de la luna.
Flor inocente, juguetona, acomedida;
Su sonrisa no imaginaba la angustia del llorar,
Sus recuerdos morirán antes de su inocencia probar.
Rea en las delicias de parecer por siempre sonreír
Vivía y vivía sin recelos, sin resentimientos guardar.
Pero ha de llegar época tal,
En que su débil tallo empiece a engrosar
Como ha de ser, como ha de tocar,
A la bella flor llorar.
Ahora es, una y otra vez,
Una más grande tal vez.
El tiempo que ha creado se agota
El amor la rechaza en su momento de más excitación
Las ramas la constriñen y sus hojas le pesan,
Las piedras, la dura tierra encierran su raíz
La bella flor llora, ya no volvió a reír.
¿Quién puede ayudarla? ¿Quién le enseñó a vivir?
¿Ha pecado? … No tiene perdón
La flor llora, se arrepiente,
Ha descubierto su motivo de dolor
¡Soy dolor, soy dolor! No soporta más la flor,
Ahora cayó cansada, enferma, sucia sobre su tierra
Debe pararse sin más sostén que su debilidad,
Pelear por su belleza frente a la bella naturaleza,
Crear a su conveniencia un mundo mejor.
Una flor tan débil ante casi infinitas como ella
Preguntándose por su precaria existencia
Con la duda de si estar viva es o no coincidencia,
Con la angustia incesante de ser señalada,
Y no tener más que tan solo su lugar.
Una flor con un nombre, unas semillas y un bordón
En un jardín inmenso donde todo comenzó
Admirada por el cielo e intrigada por su tierra
Encantada por su aire que nutre su desvelo,
Pusilánime ante la soledad del crepúsculo
Opacada por los grandes matorrales,
Temerosa, confundida, ambiciosa y distraída
Pero al fin viva tan viva como la vida.
Aunque mortal tanto como una noche y su final
Sin poder volver a como el día resplandecer.
Aunque con creer trate de poder escapar,
Su vida es solo ese sufrimiento,
Llorar en su tierra natal;
Su felicidad ha de ser en a la tierra volver
Su orgullo ha de estar en no temer desaparecer.