Elaborado por: Yonatan Polindara Moncayo
Era bello estar a tú lado
Experimentando sensaciones desconocidas.
Pero hacerte reír era más bello todavía,
Bajo el manto oscuro de Neftis,
Bajo el brillo caluroso de Helios.
Sentados en las escaleras de un barrio peligroso,
Siento que te amo y que quieres amarme.
Ante la mirada de Afrodita escondíamos nuestro amor,
Bajo el abrazo del descarado sentimiento humano
Escuchamos nuestros corazones respirar,
Amar, soñar y palpitar.
Solo necesito verte para quererte.
Abrázame, solo abrázame…
Hasta que Tánatos venza a Eros.
Permíteme abrazarte,
Robar tu delicioso aroma en un simple abrazo.
Permite que se impregne en mí tu bello perfume,
Que Cernunnos sienta envidia de mí;
Permíteme entender el sonido de tus suspiros al verme,
Reír como amigos…
Callar como amantes será nuestra tarea, la más importante labor.
Escuchar tus carcajadas será estar en el paraíso,
Experimentar la existencia de la vida en mi propia carne,
Un sentimiento oceánico quizá.
Reír a tu lado “los segundos más bellos de mi finita existencia”
Y mi vida quedará en tu vida siendo una sola.
Cuando creía que la magia de mi vida había terminado,
Como la magia de Helios, escuché tu risa, te vi feliz
Esa bella melodía tranquilizó mi ser.
Sin querer te he escuchado, sin querer me he enamorado.
Sabes… engalanas la noche con tú presencia,
Haces pensar que la vida es bella,
Que el engaño favorece la vida.
Lo vivido a tu lado, lo llevaré a mí tumba,
Con las infinitas carcajadas
Ahora existentes en el universo.
Solo el sonar de tu risa detona en mí alegría.
Tú eres para mí más importante que la salvación misma.
Haces que quiera ser en lo ontológico lo negativo,
Ser en tu piel lo diferente del mundo.
Las cortezas de los bellos árboles
Soportan con el máximo honor las puñaladas:
Marcas de amor cuando grabo tu nombre junto al mío,
Sólo por verte reír y verme feliz de vivir
Por esa risa tan llena de vida, tan llena de fantasía
Los árboles aguantan tales marcas.
Te amo porque haces que mi vida sea una poesía.
Si alguna vez sientes
Mi espíritu tan caluroso como el mismo sol
Otra tan frío como la misma luna,
La impotencia que arrastra consigo el quizás,
Es por mi ser oscilante entre la pesadilla
Y el ensueño de ser yo a tú lado.
Mi amor por ti
Es como las raíces eternas de las montañas más altas.
Como no quererte por la eternidad,
Si antes vivía sin aliento, frío como los muertos,
Siempre con sed, todo era oscuro, siempre en silencio.
Eres el comienzo de mi mundo,
Brújula que guía mi barco
En el vasto océano llamado vida.
Cuando siento tú rechazo regreso a mi casa
La soledad regresa como una indeseable visita,
Tus recuerdos me alcanzan y me destrozan una y otra vez;
Necesito escribir sobre ti, para que los recuerdos
A tu lado me dejen en paz y curarme de ellos.
Gracias al Olimpo no tengo la memoria de Ireno Funes
Para vivir recluido en ella,
No quiero terminar errando por las calles de Popayán
Rogando a voces que me fuera permitido
Degustar una vez más tú dulce risa,
Tu bello rostro o tu sensual cuerpo.
No quiero que me conviertas en un Nils Roneberg;
No quiero rogar por tu amor;
O peor, terminar recluido en Real Bettel
Con la cabeza atiburrada de calmantes y somníferos.
Has “minado” mi mente, mi existencia,
Haciendo que del silencio de mi corazón
Emerja el sentimiento del suicidio:
“una razón para vivir es, al mismo tiempo,
Una perfecta razón para morir”.
Espero que el gerente de inmuebles
Que tanta curiosidad despertó en Albert Camus
Esté esperándome para que brindemos juntos,
Alcemos las copas por la cobardía
De permitir la vida que nos superará.
Te amo…
Te buscaré en mil vidas humanas y otras mil más.